Mudo testigo de la historia
EL RÍO QUERÉTARO
Ahora una arteria vial
El Río Querétaro ha sido un testigo mudo de la historia del estado y en particular de la región sur poniente de nuestra entidad, desde antes de la llegada de los españoles ya era una fuente de vida para los moradores de la zona, quienes se asentaron en esta región para el desarrollo de sus pueblos.
El río que proviene de los límites del estado, en el cerro de El Zamorano, abarcando 42.6 kilómetros desde este cerro hasta los límites de El Marqués con Querétaro; y 21 kilómetros en el Municipio de Querétaro.
El cauce de este río, que en algunas temporadas llegaba a tener poca afluencia, servía para alimentar las huertas y los sembradíos de trigo, cebada, chile, calabaza y maíz, gracias a sus acequias.
En otros tiempos, el rio sirvió también para los paseos familiares en pequeñas canoas, donde además se bañaba la gente y sobre todo, servía para alimentar de agua a la pujante ciudad de Querétaro para sus habitantes.
Todo esto era un deleite hasta que poco a poco fue invadido por los desechos de la creciente urbe, que además se encargó de destruir los enormes mezquites que bordaban su cauce.
Existen cientos o miles de Historias que se pueden contar sobre la trascendencia de este río, que van desde los paseos dominicales hasta cruentas batallas que se libraron por la defensa de la capital queretana, como la llegada de los 20 mil revolucionarios que atravesaron el río en la toma de Querétaro.
Aun recuerdo cuando niño, me encantaba pasear por el Jardín de los Platitos, que se encuentra muy cerca del puente sobre la avenida Invierno, que cruzando el río cambia a Juárez, donde cientos de enamorados acudían a este lugar a contarse historias de amor, pero de este pequeño jardín les hablaremos en otra ocasión.
Los puentes que cruzan el río en sus distintos puntos, cada uno tiene su propia historia y particularidad, que muchos de estos fueron destruidos con los diferentes crecientes que tuvieron a lo largo de la historia.
Ya hablábamos sobre el proceso de propagación de desechos que ha sufrido el río a través del tiempo, en publicaciones anteriores nos referíamos que llegó el momento en que no se podía consumir el agua de este río por la contaminación que sufría, por lo que en base a esto y a la necesidad creciente del vital líquido, se realizó la construcción de “Los Arcos de Querétaro”.
Este río, ha sufrido diferentes etapas de acondicionamiento y reconstrucción a lo largo de su vida. En la actualidad, éste río cruza localidades, rancherías, zonas parcelarias, establos de ganado vacuno, granjas porcícolas y otro tipo de explotaciones pecuarias y asentamientos urbanos, que en algunos casos vierten sus aguas residuales directamente al río sin ningún tratamiento, propiciando focos de infección y contaminación que degradan la calidad de sus aguas.
El contagio ha sido constante y se ha ido acrecentando conforme la industria y el crecimiento poblacional han avanzado, de acuerdo a investigadores como Edgardo Moreno –quien lleva cerca de 40 años estudiando el tema–, la contaminación de este afluente tiene que ver también con su desaparición del imaginario social y la pérdida de memoria histórica.
“Pocos saben que la gente se refería a él como ‘Río Blanco’, por la bruma que se generaba entre sus arboledas y mezquites (…) Las generaciones que vivieron a mitad del siglo XX todavía se acuerdan de lo que atraía su vegetación: migraciones de patos, garzas y de diferentes especies de aves, e incluso pescadillas. Sigüenza y Góngora en ‘Glorias de Querétaro’ (1680), dice que incluso se podía pescar en el río. [En sus escritos de 1738] Navarrete describe a Querétaro como una delicia, como un jardín, cuyas riberas se encuentran llenas de flores, de árboles, con huertas a sus lados. En sus crónicas del siglo XVIII, de la Rea señala que no era necesario traer de otro lado duraznos, membrillos o chirimoyas, porque aquí se daban muy bien en las huertas cercanas a este río (…) Ahora tenemos un espacio asfaltado por el desarrollo inmobiliario que ha cambiado la vocación del área: de zona habitación a comercial, es eso lo que ahora encontramos en las veredas de lo que fue el río en aquellas épocas”, detalló el investigador.
Al Río Querétaro se le ha considerado como “El ser vivo más grande de Querétaro que lleva 400 años encerrado en la urbe, muriéndose desde que llegaron las textilerías y explotaron la economía a costa de los recursos hídricos; en los setentas explotó la industria metal mecánica y en 30 años se acabaron los recursos hídricos también… ahora se hizo un nuevo acueducto para traer agua de Zimapán, Hidalgo, y sucederá lo mismo”, asevera el investigador Uribe Muñoz.
El Río Querétaro, también sirvió como límite para la apropiación de las tierras con la que los españoles pagaron “el favor” al indio Conín, por la caída de Querétaro ante los invasores.
A pesar de que muchas personas han opinado que sería mejor que el río debería ser tapado para ampliar avenida Universidad, la realidad es que es un espacio de embellecimiento urbano y turístico que afortunadamente hoy se conserva en buen estado.