Historia e importancia del
Jardín Obregón
Hoy Jardín Zenea
La historia del Jardín del Centro Histórico de Querétaro ha sido parte importante del desarrollo de la ciudad, desde el establecimiento de la “fundación” o llegada de los españoles invasores ha tenido diferentes etapas para ser lo que hoy en día nos muestra.
El crecimiento de la ciudad se fue dando conforme lo fueron estableciendo los dictadores de la época desde 1531 en que “tomaron pleno dominio de la región”; la división se fue dando a partir del ordenamiento imperial español para todos los “nuevos” asentamientos españoles de acuerdo a la orden establecida el 23 de agosto de 1538, que dictaba sobre la separación entre indios y españoles que fue consagrado en la norma de carácter legal, donde se prevenía que los indios vivieran aislados de los europeos.
Por esa razón la parte del valle de Querétaro fue destinada para los españoles y a partir de ahí se hizo la traza urbana, que decían era un perfecto tablero de Ajedrez.
Desde entonces se estableció la plaza principal, en donde se edificó el Convento de San Francisco, cuya iglesia aún permanece en ese lugar hoy en día.
Los terrenos del convento ocupaban lo que actualmente es el jardín y prácticamente todos sus alrededores, pero poco a poco esto fue modificándose conforme se vinieron los hechos históricos que poco a poco conmocionaron a la ciudad.
Posteriormente, el espacio fue cedido para que se construyera el parque o jardín que nos ocupa en este escrito, este era un lugar formado por dos grandes solares, el que estaba hacia el norte que era la antigua Plaza del Recreo y hacia el sur, por los terrenos en que se ubicaba el templo de San Benito y el centro del mismo convento de San Francisco.
Con el tiempo, el primero fue demolido con motivo de las leyes de reforma, la cual estableció que el nombre del Recreo se le dio en la primera década del siglo XIX a lo que fuera la plaza de San Francisco.
En los textos de Celestino Díaz denominados Guía del Viajero:
en ese momento este espacio de esparcimiento fue nombrado como el del Sr. Coronel Benito S. Zenea, que falleció repentinamente el 15 de septiembre de 1875 siendo el gobernador de Querétaro.
Otro de los benefactores para la construcción de este jardín, fue el Sr. Trinidad Rivera, que siendo prefecto del centro, cedió sus sueldos para la obra.
En ese entonces se tenían hermosos fresnos, árboles frutales, arbustos y rosales que le daban un aspecto muy fresco y natural lo que permitía que los queretanos del momento pudieran gozar de paseos con aromas y especiales en las tardes de primavera fundamentalmente.
Posiblemente uno de sus peores momentos de los que fue testigo este jardín Zenea desde que nació en 1861, fue el estallido de horrendos cañonazos, con que triunfantes fuerzas liberales pretendieron borrar de la mente de los queretanos la historia que se vivió desde la conquista española
Los antiguos espacios de esta Plaza iban desde la calle del Serafín, hoy Independencia, hasta la actual 16 de septiembre, a los costados las antiguas calles de Los Cinco Señores, hoy avenida Juárez y la de Vergara, hoy avenida Corregidora que así permaneció por varios años.
Tras las batallas de 1867, al primer gobernador liberal, don Julio M. Cervantes le tocó la encomienda de reconstruir la ciudad y el desastre de la toma de plaza que se hizo tras los enfrentamientos, por lo que tomó la decisión de dividir la plaza en tres partes, por lo que la parte que se encontraba más hacia el sur, se tomó para la creación del antiguo Mercado Escobedo.
La parte central decidió venderla al empresario español don Miguel Bueno, quien construyó lo que hasta hoy se conoce como el Gran Hotel, y finalmente la parte norte se convirtió en lo que hoy sigue siendo el jardín principal de la capital queretana,
Este jardín fue remodelado y realizado con una vista como más o menos se encuentra en la actualidad por el gobernador don Benito Santos Zenea cuyo nombre se le cedió.
Este jardín tiene la forma de un paralelogramo y círculo central, están adornados con asientos de hierro para los que se fundieron muchas campanas de los ex conventos.
En el centro del jardín se eleva una fuente de hierro dulce, obsequio de los Sres. Rubio, en cuyo remate se ostenta una bien fundida Hebe.
La obra estuvo a cargo del ingeniero quien realizó los planos y cañerías y quien además fue catedrático del Colegio Civil. Las bancas de hierro fueron también construidas en esta ciudad en el año de 1868.
Otro hecho histórico importante del que fue testigo este lugar, fue cuando llegaron las fuerzas revolucionarias e hicieron un desastre con los templos y conventos que aún permanecían en servicio en aquella época, ya que sacaron todos los muebles, bancas, confesionarios, etc., y hubo una serie de actos sacrílegos en donde terminaron orinándolas, defecándolas y finalmente destruyéndolas en una gran hoguera de lo que hoy sigue siendo el Templo de San Francisco.
Para el año de 1928 se cambió el nombre al Jardín Zenea por el de Álvaro Obregón, a manera de homenaje por su recién asesinato. En 1990 se remodeló y se le regresó su nombre original.