Querétaro, Qro.-Desde las cálidas tierras de Veracruz, una joven ha conquistado no solo las aulas, sino los corazones de miles de personas. Ángela Elena Olazarán Laureano, con tan solo 17 años, ha sido reconocida como la mejor estudiante del mundo, un logro que llena de orgullo a todo México. Estudiante del Conalep, su nombre ahora resuena internacionalmente, no solo por su excelencia académica, sino por su deseo inquebrantable de ayudar a los demás.
Ángela no solo se dedicó a aprender, sino a transformar su conocimiento en una herramienta de impacto social. Junto a su equipo, creó Ixtlilton, un asistente médico virtual impulsado por inteligencia artificial, capaz de diagnosticar hasta 21 enfermedades mediante una serie de preguntas. Este proyecto va más allá de la tecnología: es un puente de esperanza para quienes viven en comunidades marginadas, donde los servicios médicos no son siempre accesibles.
Lo que hace aún más especial a Ixtlilton es su capacidad para comunicarse no solo en español, sino en tutunakú, la lengua indígena de las comunidades de Papantla, Veracruz. Ángela entendió que la verdadera inclusión empieza cuando llegamos a todos, cuando logramos escuchar y ser escuchados en el idioma del corazón. Así, este proyecto toca las vidas de aquellos que, por barreras lingüísticas y sociales, habían quedado al margen de la atención médica.
Su esfuerzo y dedicación no pasaron desapercibidos. La fundación Chegg le otorgó un premio de 100 mil dólares, un reconocimiento que no solo valora su capacidad intelectual, sino su compasión y compromiso con quienes más lo necesitan. Ángela Elena ha demostrado que la grandeza no radica en los títulos, sino en el impacto que generamos en los demás.
Desde Veracruz para el mundo, Ángela se convierte en un faro de esperanza, una joven que nos recuerda que, con determinación y amor por los demás, podemos cambiar realidades y construir un futuro más justo para todos.