De acuerdo a los historiadores y cronistas de la época, uno de los últimos bastiones de las culturas prehispánicas fue el de los índios Jonaces Chichimecas de la Sierra Gorda.
La estoicidad con la que defendieron el territorio, quedó plasmada en un documento de Fray Esteban Arroyo en el que relata:
“Las autoridades civiles y españolas en la Sierra Gorda sacrificaban y maltrataban sin justificación alguna a los jonaces y llegaron a la conclusión que la única manera de someterlos era por medio de los militares en guerra de exterminio”
“Los habitantes prehispánicos de la Sierra Gorda son dignos de admiración porque con toda valentía defendieron su independencia, su libertad y su patria, al grado que la Sierra Gorda fue el último valuarte de los mesoamericanos contra los extranjeros”
El exterminio que hicieron los Españoles de nuestros antepasados precolombinos dejó fuertes estragos y heridas que a través de los siglos no se han podido sanar del todo.
La conquista a raíz de la llegada de Cortés a tierras mesoamericanas, fue un sometimiento constante para logar saciar una sed desmedida y mezquina de riquezas para ser trasladadas a Europa en un saqueo sin fin.
A pesar de ellos, el sometimiento nunca fue completo, ya que de manera subrepticia nuestra cultura, ritos, ceremonias y sobre todo nuestro lenguaje, nunca se perdió del todo.
Es por ello que a pesar de los siglos nuestras raíces maternas siempre han estado incrustadas en nuestro ADN, por lo que a pesar de la ingerencia de diferentes invasores, iniciando por los españoles, nunca han podido someter del todo al pueblo indígena local.
La Sierra Gorda en particular, guarda una serie de raíces culturales ancestrales, que se comparten a lo largo de la huasteca, en una vasta región del país que pasa por los estados de Hidalgo, Veracruz, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí y Tamaulipas.
Hoy las misiones franciscanas son un monumento al sometimiento y la barbarie de la que fueron objeto nuestros antepasados, pero de igual forma y en contra parte, son el reflejo del crecimiento de una creencia que cada vez más se arraiga en el pueblo.
El sincretismo religioso entre la fe católica y las raices ancestrales, son el vivo reflejo de que ahí se dio cuenta de este amalgamiento de entre lo que ya estaba y lo que vinieron a dejar los invasores.
A pesar de todo ello, sin duda estas misiones son una bella muestra de la arquitectura que nos heredaron para ser adminradas a través de los siglos, en cuyos muros se encuentran escritos cientos de miles de historias que se han tejido a lo largo de su existencia.
Visitar este lugar, es un portal que nos llama a la reflexión y a un encuentro con el pasado histórico de la región, pero no sólo eso, sino para reflexionar de donde venimos y hacia donde debemos caminar.
La visita obligada a la sierra gorda es, a fin de cuentas, un portal al pasado que estamos obligados a conocer y disfrutar.
Si quieres visitarlo lo puedes encontrar AQUI: