La huida de los propios escuderos de la presidenta municipal
Menos de 45 días le duró la paz a la administración de Astrid, presidente municipal de Cadereyta. Apenas estamos desempacando los adornos de la toma de posesión, y ya hay un personaje que prefiere bajarse del barco antes de que se hunda. En un movimiento que parece más una escena de telenovela que un acto administrativo, el subdirector de Policía de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Municipal ha presentado su renuncia irrevocable, y con qué estilo.
Lo curioso es que este no es un personaje cualquiera. Erick Barrón Deloera, con años de experiencia a cuestas, fue uno de los nombres elegidos por la misma presidenta para integrar su equipo. Uno pensaría que, tras menos de dos meses de labor, el entusiasmo todavía estaría fresco, pero parece que la realidad supera a las expectativas. Barrón no solo renuncia, sino que lo hace con un comunicado que deja entrever un espectáculo digno de Cadereyta: acusaciones de falta de transparencia, profesionalismo, y hasta insinuaciones de actos que afectaron su integridad personal. ¿Quién iba a pensar que la nueva administración ya estaría dando de qué hablar por las salidas y no por los logros?
Cuando los Aliados se Convierten en Opositores
Lo que más llama la atención en esta historia es la rapidez con la que la “mazorca se desgrana.” Porque no hablamos de un opositor, de esos que vienen alborotando la plaza desde la elección. No, estamos hablando de una pieza que la misma presidenta colocó en el tablero. ¿Qué pasó entonces para que, en un abrir y cerrar de ojos, Barrón decidiera renunciar y hasta dejar por escrito que aquí, en el flamante gobierno de Cadereyta, hay un desfase entre los “principios de disciplina” y la realidad cotidiana?
Barrón menciona diferencias en “los enfoques y principios de gestión,” pero ¿qué quiere decir esto? Tal vez sea un eufemismo para decir que algo huele mal en la manera en que se maneja la seguridad en el municipio. En otras palabras, parece que el discurso de la presidenta sobre transparencia y profesionalismo era más bonito en campaña que en la práctica. Si alguien con experiencia en el ramo como Barrón dice que no puede con el nivel de “profesionalismo” de esta administración, será que el panorama es más oscuro de lo que parece.
Renuncia con Dedicatoria: Cuando los Papeles Hablan
Lo más interesante de esta carta de renuncia es que suena como una advertencia. Barrón no solo se va, sino que parece querer dejar claro que su salida no se debe a un capricho personal. En su carta, declara que se va para que la administración no interprete su renuncia a su “conveniencia”. Como quien dice, la claridad ante todo, porque en este municipio los giros inesperados no solo ocurren en el cabildo.
La renuncia deja en evidencia que, lejos de formar un equipo sólido, la administración de Vázquez Ortega ya enfrenta fracturas. Los ciudadanos que esperaban una gestión centrada en el servicio público y el compromiso con la seguridad, ahora se encuentran con un escenario donde los primeros en bajarse del tren son los mismos funcionarios que deberían garantizar la estabilidad.
¿Hacia dónde va Cadereyta con este paso en falso?
La renuncia de Barrón no es cualquier salida. Es un golpe de efecto que nos deja cuestionándonos sobre la dirección que tomará Cadereyta bajo la administración de Vázquez Ortega. ¿Podrá la presidenta mantener la confianza de los ciudadanos cuando los miembros de su propio equipo se sienten incómodos con sus “enfoques”? Todo indica que la película apenas comienza, y este episodio ya nos deja entrever que las cosas en Cadereyta podrían ponerse aún más interesantes. La pregunta es si los habitantes de este municipio tendrán que acostumbrarse a ver cómo se desgrana la mazorca… a menos de dos meses de haberla cosechado.