Cuando el Equilibrio es solo un Mito
En el fascinante ajedrez político de Querétaro, donde las comisiones se reparten como cartas en una partida de póker, Morena y el PAN nos han brindado una de esas jugadas que da gusto ver… desde la distancia, claro. A primera vista, todo indica que Morena se empeñó en demostrar que ellos también creen en el “equilibrio”. ¿Su receta? De las 25 comisiones del Congreso Estatal, Morena presidiría 9, el PAN 8, y, generosamente, dejaron a los demás partidos las “sobras” del pastel: el PRI con 2, el Verde con 2, Movimiento Ciudadano con 1 y el PT, bien ubicado con 3. Nada como un poco de diversidad para darle sabor al asunto, ¿no?
Sin embargo, cuando el PAN presentó su propia propuesta, quedó claro que lo de “equilibrio” es un término relativo. Para ellos, Morena podía quedarse con 10 comisiones y el PAN seguiría con 8, pero ¿los demás? Pues el PT perdió una, porque hasta en la política, los juegos de silla tienen sus riesgos. Al final, el que sabe acomodarse, se sienta. Porque, eso sí, todos deben sentir que la inclusión es vital… mientras no signifique ceder mucho terreno.
La Secretaría: Otra Partida de Dominó
En lo que respecta a las secretarías de cada comisión, ambas propuestas nos regalan un curioso ejercicio de matemática política. Morena se reservó 10 secretarías en su propia propuesta, mientras que el PAN, en un acto de asombrosa empatía, decidió que esos 10 lugares para secretarios se mantendrían sin cambios. No es que se trate de poder, claro; simplemente, las secretarías también son un derecho humano… del partido en turno, claro.
Para no dejar fuera a nadie en este festín de inclusividad, el PRI, el Verde, Movimiento Ciudadano y el PT también tienen su respectiva cuota en ambos esquemas. Al fin y al cabo, todos sabemos que lo importante en política es que todos jueguen, aunque no todos ganen.
El Interés Oculto de Cada Partido: ¿Quién Quiere Qué?
Aquí es donde el asunto se pone realmente interesante. En el listado de comisiones de interés, tanto Morena como el PAN nos demuestran que la ambición es universal, aunque los nombres cambien. Morena, con su inagotable deseo de “velar por el pueblo”, se enfocó en comisiones como Acceso a la Información y Rendición de Cuentas y Gobernación Administración Pública y Asuntos Electorales, porque si alguien entiende de transparencia, son ellos. O al menos, eso dicen.
Mientras tanto, el PAN y sus aliados no se quedaron atrás. Ellos también ven la transparencia como una virtud, pero para ellos, el interés está en algo más “sustancial”: Seguridad Pública y Protección Civil o Movilidad Sustentable y Tránsito, áreas donde pueden hacer despliegue de su “visión moderna” de un Querétaro seguro y próspero… para unos cuantos, claro.
¿Equilibrio o Control Absoluto?
La gran ironía de este espectáculo es que, al final, la propuesta de Morena podría parecer “equilibrada” si la comparamos con la del PAN. Morena, en su fórmula, mantendría la mayoría en 12 comisiones, lo cual suena hasta democrático si ignoramos el contexto. Pero el PAN, mostrando su lado competitivo, no se conformó con menos y se quedó con 17 comisiones bajo su influencia. Porque en Querétaro, quien controla la mayoría, controla la narrativa.
El PAN, en su versión, otorga más comisiones a sus aliados para asegurar que las decisiones importantes pasen siempre por su filtro. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Es este “equilibrio” una estrategia de inclusión o una jugada para construir un muro de poder? Con esta mayoría de comisiones aseguradas, el PAN parece menos interesado en la democracia que en construir una fortaleza desde la cual dictar las reglas del juego en Querétaro.
La Democracia es una Cuestión de Números
Al final, lo que esta disputa nos enseña es que en Querétaro la democracia es más un arte de números que de principios. Morena y el PAN se aferran a sus comisiones con una determinación que haría enorgullecer a Maquiavelo. Cada comisión es un punto de poder, y cada secretario, un soldado leal. Porque en la política de Querétaro, el “equilibrio” no es más que una palabra elegante para justificar la repartición de poder… según convenga.