Pinal de Amoles, Qro.- La mañana de este miércoles, los habitantes de la Sierra Gorda de Querétaro se encontraron con una tragedia que dejó a la región incomunicada: un derrumbe de gran magnitud sobre la carretera 120, a la altura de la Ganadera del municipio de Pinal de Amoles, bloqueó por completo la entrada y salida hacia esta zona. El cerro, reblandecido por las intensas lluvias que han azotado la región en los últimos días, cedió y colapsó sobre la vía, sepultando la carretera bajo toneladas de tierra.
Las fuertes lluvias, típicas de la temporada, han alcanzado niveles inusuales en la zona más alta del estado, en el corazón de la Sierra Gorda. La precipitación pluvial intensa ha convertido los caminos y terrenos en peligrosas trampas naturales. Los pobladores, acostumbrados a lidiar con la naturaleza agreste, quedaron sorprendidos por la magnitud del derrumbe, que dejó aislados a miles de personas que dependen de esta carretera para sus actividades diarias.
En el lugar ya se encuentran desplegadas autoridades civiles y militares, quienes han tomado el control de la situación para resguardar la zona y evaluar los daños. Equipos de emergencia han comenzado los trabajos para intentar liberar la carretera, aunque la cantidad de material acumulado sugiere que la tarea podría tardar horas o incluso días. Con maquinaria pesada y el apoyo de ingenieros, las autoridades buscan restablecer el tránsito lo más pronto posible, conscientes de la urgencia de reconectar a la población con el resto del estado.
Los primeros reportes indican que no se han registrado víctimas mortales ni heridos, lo que supone un alivio ante la magnitud del desastre. Sin embargo, la preocupación crece entre los habitantes de toda la Sierra Gorda, particularmente de los municipios de Pinal de Amoles, Jalpan, Landa de Matamoros, Arroyo Seco, así como sus comunidades cercanas, que dependen del acceso por la carretera 120 para el abastecimiento de alimentos y servicios básicos. Ante el panorama de incomunicación, la población espera que las autoridades estatales y federales actúen con rapidez para evitar mayores complicaciones.
La situación pone de manifiesto la vulnerabilidad de la Sierra Gorda ante fenómenos naturales como las lluvias torrenciales. Los residentes han manifestado su preocupación por el impacto que las lluvias y derrumbes recurrentes tienen en la infraestructura de la región, agravada por la geografía montañosa y difícil acceso. En años recientes, los desastres naturales en la zona han afectado gravemente la calidad de vida de quienes viven en la sierra.
Por ahora, se mantiene un fuerte operativo de seguridad en la zona del derrumbe para evitar cualquier riesgo a la población que se acerque a la carretera. Las autoridades continúan monitoreando las condiciones meteorológicas, ante la posibilidad de nuevos deslaves.