Es admirable cómo la presidenta municipal de Cadereyta, Astrid Alejandra Vázquez Ortega, ha decidido defender a toda costa su visión de gobierno… aunque eso signifique no gobernar. Al parecer, la alcaldesa cree que reunirse con los funcionarios estatales, o siquiera con el gobernador, sería una traición a sus principios políticos. Total, ¿para qué hacer equipo si puede seguir viendo al gobierno del estado como su “oposición”? Para ella, la prioridad parece ser demostrar que puede mantenerse firme en su posición, mientras los ciudadanos deben buscar en el estado el apoyo que su municipio les niega.
Por supuesto, el gobierno estatal ha tomado cartas en el asunto, demostrando que, si la presidenta no quiere colaborar, ellos estarán ahí para la gente de Cadereyta. Un ejemplo reciente es el de las Jornadas SEGOB en Vizarrón, donde se atendió a más de 600 ciudadanos que tenían la osadía de necesitar servicios públicos. ¿Qué hizo la alcaldesa mientras tanto? asistir para intentar colgarse la medallita de los servicios, pero en su política de “no mezclar política con ayuda”, porque, claro, atender a la gente que votó por ella no tiene que ser su responsabilidad directa, ¿verdad?
El Camino a Maconí: Atrapados entre Deslaves y Política
Otro caso interesante fue el de la comunidad de Maconí, que llevaba tiempo pidiendo la reparación de su camino destrozado. ¿Quién acudió al rescate? El gobierno del estado, que decidió mandar maquinaria y funcionarios a limpiar y mejorar el acceso. La presidenta, mientras tanto, parecía más ocupada en mantener su distancia. Y es que el gobernador Mauricio Kuri González decidió no esperar más y enviar a su equipo de SEGOB y la Comisión Estatal de Infraestructura (CEI) para resolver el problema. Claro, no vaya a ser que el mal estado de las carreteras termine afectando la imagen de quien verdaderamente está intentando trabajar.
Lo más curioso es que, en lugar de agradecer la ayuda estatal, la presidenta municipal parece estar más interesada en otra batalla: intentar hacerse con el control del Acueducto II. Es una jugada tan audaz como absurda, pues la concesión de agua es una atribución federal y está en manos de la Comisión Estatal de Agua. Pero claro, ¿por qué no prometerle a los ciudadanos algo que suena grandioso pero que no tiene fundamentos? No hay nada como desviar la atención de los problemas reales para crear una nueva pelea, aunque sea ficticia.
El Gobierno del Estado y Su “Oposición”: Cercanía vs. Distancia
La ironía aquí es que, mientras la presidenta se empeña en marcar distancia con el gobierno estatal, el equipo de Kuri González se acerca cada vez más a las comunidades de Cadereyta. Las jornadas de atención, los arreglos de carreteras y el diálogo directo con los ciudadanos dejan en claro quién está realmente preocupado por el bienestar de la gente. El estado ha entendido que, si la presidenta municipal no quiere tender puentes, alguien debe hacerlo.
En el fondo, la pregunta es sencilla: ¿no sería más fácil colaborar? Podría ser una oportunidad para la presidenta de dejar de lado la política partidista y enfocarse en lo que los ciudadanos necesitan. Pero, claro, eso implicaría admitir que los funcionarios del estado, y hasta el gobernador, no son una “oposición” enemiga, sino servidores públicos con un objetivo en común: el bienestar de la gente. Y parece que esa idea es demasiado revolucionaria para Cadereyta.