Utah, USA.– Enciende focos rojos en padres de familia y organizaciones escolares  de todo el mundo, el suicidio de un niño de 12 años ocurrido en Utah, Estados Unidos, tras la narración de sus padres quienes vivieron por varios días la agonía de su hijo.

El niño de nombre Drayke Hardman, quien era un estudiante de 12 años del condado de Tooele, en Utah, falleció el pasado 10 de febrero de 2022 luego de que, según los informes, intentara quitarse la vida en respuesta al bullying de un compañero de clase.

De acuerdo a la narración de los padres del pequeño, los señores Andy y Samie Hardman, hecha a la televisora estadounidense KUTV, antes de la muerte de su hijo, se estuvieron comunicando con la escuela para atender el problema que había tenido su hijo con un compañerito ya que había regresado a casa con un ojo morado a principios de semana.

Después de ese altercado, el niño Drayke faltó a la práctica de baloncesto momento que aprovechó para intentar suicidarse, ante ese hecho, “afortunadamente” fue descubierto por sus hermanas, quienes lo llevaron al hospital, pero fue declarado muerto en cuidados intensivos al día siguiente.

Desafortunadamente hechos como estos han ocurrido en nuestro país e incluso en nuestro estado pero no han tenido tanta cobertura por la falta de interés tanto de las autoridades como de los padres, incluso recuerdo uno reciente ocurrido en el municipio de Cadereyta y del cual dimos cuenta en este medio informativo con oportunidad.

En el caso del pequeño Drayke, sus padres decidieron hacer una campaña informativa en el que realizaron un llamado a otros padres de familia para que estén atentos a los signos reveladores del bullying en la vida de sus propios hijos, para evitar que caigan en situaciones como la de su propio hijo y ocurran más tragedias.

“Los niños serán ese tipo de niño que hace lo que quiere, hasta que sepan que no está bien. Creo que ahí es donde surgen esas conversaciones difíciles”, declaró Samie Hardman, y su esposo agregó que Drayke estaba demasiado asustado ante las posibles repercusiones de su agresor que no pudo alzar la voz para decirles lo que estaba pasando.