Desde Bernal, entre adoquines rotos, multas millonarias y una presidenta en marcha
En el episodio 66 de La Casa del Jabonoso, el escenario no pudo ser más simbólico: las Casas Reales de Peña de Bernal, esa joya arquitectónica que alguna vez fue orgullo del pueblo, hoy se desmorona lentamente mientras el poder local intenta sostenerse con discursos… y multas de 41 mil pesos.
Armando Briones y Óscar Alcázar no se guardaron nada. Desde el primer minuto, dejaron claro que el programa vendría cargado de ironía, crítica aguda y verdades incómodas. El arranque fue casi poético: agua tirada por doquier frente a un edificio histórico en ruinas, mientras barrios enteros siguen sin una gota. Esa escena, digna de una metáfora política, fue el punto de partida de una conversación que recorrió lo local, lo estatal y lo nacional.
¿Multas para financiar la feria?
La bomba del día: el anuncio del presidente municipal de aplicar multas de 41 mil pesos a los comerciantes sin permisos. “¿Parejo para todos?”, preguntó Briones, mientras Alcázar se plantó en la defensa de la ley pareja. Pero el verdadero cuestionamiento fue otro: ¿ese dinero se utilizará para financiar los 24 millones de pesos que costará la feria? Porque si la administración no muestra resultados tangibles, es normal que la gente se niegue a pagar.
En medio del análisis, surgió la inevitable comparación: en Alemania los impuestos duelen… pero se agradecen, porque los servicios funcionan. Aquí, en cambio, la corrupción y el despilfarro son la norma. No duele pagar, duele no recibir.
Política de TikTok y camionetas de lujo
No faltó la crítica a los alcaldes que han cambiado el trabajo de campo por los likes en redes sociales. “Gobiernos de tiktokers, no de gestores”, dijeron, aludiendo a presidentes municipales que posan en Instagram mientras sus municipios se caen a pedazos.
Y por supuesto, salió el tema del famoso viaje de Gerardo Fernández Noroña a Francia. Clase business, cheques de fechas sospechosas y una retórica populista que se cae a pedazos al primer vuelo trasatlántico.
Feminismo selectivo y el caso Cuauhtémoc Blanco
Uno de los momentos más intensos fue el análisis del caso de Cuauhtémoc Blanco, señalado por su propia hermana de violencia. ¿Y qué hizo el Congreso? Protegerlo. ¿Y qué hicieron algunas diputadas? Defenderlo. Ahí, la crítica fue frontal: “El feminismo no puede ser a conveniencia”, sentenciaron.
Lo mismo ocurrió al revisar el voto de ciertos políticos “opositores” como Mario Calzada y Gilberto Herrera, quienes se abstuvieron de votar para retirarle el fuero. “Abstenerse es medio voto a favor”, citó Óscar, recordando las palabras de Mariano Palacios Alcocer.
Revocación, tómbolas y contradicciones
El programa siguió subiendo de tono cuando abordaron la absurda idea de elegir jueces y magistrados por sorteo. La justicia mexicana, dijeron, no puede quedar en manos del azar. Pero más absurda aún fue la escena de la presidenta municipal de Cadereyta marchando para exigir que le resuelvan un conflicto… que ella misma creó.
Y entonces llegó el tema de la revocación de mandato. Aunque parece improbable, la conversación está en la calle. La gente ya habla de destituirla. ¿Será solo una catarsis colectiva o el inicio de una ruta legal?
La soledad de una presidenta que dice tener el respaldo del pueblo
La marcha organizada por la presidenta fue otra escena digna de tragicomedia: menos del 1% de los supuestos 80 mil ciudadanos que la apoyan la acompañaron. La mayoría eran funcionarios, empleados del DIF y servidores públicos obligados a caminar al lado de quien genera el conflicto y luego se presenta como víctima del mismo.
Mientras tanto, las ventas han caído un 80%, el turismo está muerto y Cadereyta vive una parálisis económica que no tiene para cuándo resolverse.
El cierre: reflexión, humor y verdad
Entre bromas, paisajes hermosos y verdades que duelen, el episodio cerró con una reflexión potente: el gobierno que no escucha, se hunde solo. Y la ciudadanía que no exige, se condena al abandono.
Porque al final, más allá de la política, la ley y los partidos, La Casa del Jabonoso sigue siendo ese espacio donde se dice lo que muchos callan, donde la crítica no se disfraza de cortesía y donde la verdad, aunque incómoda, siempre encuentra micrófono.