Tolimán, Qro. – En un ambiente de fervor, respeto y tradición, habitantes del municipio de Tolimán participaron en la emotiva ceremonia de salida del Ramillete hacia la casa del Mayor de San Antonio de Padua. Este evento, profundamente enraizado en la identidad cultural de la región, forma parte esencial de las celebraciones de Semana Santa y representa uno de los momentos más significativos para las comunidades que aún conservan vivas sus costumbres ancestrales.
La ceremonia estuvo encabezada por las cuadrillas del Capitán y del Centurión, personajes clave dentro de la organización de las festividades religiosas, quienes acompañaron con solemnidad el traslado simbólico del ramillete, adornado con flores y elementos devocionales, hasta el domicilio del Mayor. Este acto simboliza la entrega del compromiso espiritual y comunitario para resguardar la imagen de San Antonio de Padua, patrón venerado en la zona.
Junto a ellos participaron las diversas mayordomías que, año con año, se integran de manera voluntaria para apoyar en la organización y mantenimiento de las celebraciones religiosas. La figura del “Mayor” tiene un papel central: es quien recibe la encomienda de cuidar y velar por el santo durante el periodo que le corresponde, hasta la próxima festividad.
Durante la Semana Santa, esta tradición cobra especial relevancia, no solo por su carga espiritual, sino porque fortalece la cohesión social y el sentido de pertenencia entre los habitantes. Para los pueblos originarios del semidesierto queretano, como los otomí-chichimecas, esta clase de manifestaciones representan también una continuidad de sus formas de organización comunitaria, fusión de elementos católicos e indígenas.
La ceremonia estuvo marcada por cánticos, rezos, música tradicional y una profunda reverencia por las costumbres heredadas de generación en generación. También se vivió como una fiesta de encuentro, donde los lazos comunitarios se renuevan y los más jóvenes aprenden la importancia de mantener viva su herencia cultural.
Este tipo de manifestaciones forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de Tolimán, y son reconocidas a nivel estatal como ejemplos vivos de la diversidad espiritual y social de Querétaro. Las autoridades locales han mostrado su respaldo a la preservación de estas expresiones, al considerar que fortalecen la identidad del municipio y ofrecen una alternativa cultural valiosa para las nuevas generaciones.
En Tolimán, las tradiciones no son parte del pasado, sino una herencia activa que sigue marcando el ritmo de la vida comunitaria. Y la salida del Ramillete hacia la casa del Mayor de San Antonio de Padua es, sin duda, un testimonio vivo de la fe, la organización colectiva y el amor por las raíces.

