Colón, Qro.-
Una tragedia casi se consumó en la Fiesta Soriano 2025 cuando, por un remolino, la estructura de un evento destinado a atraer turistas colapsó de forma inesperada. El accidente dejó a un niño atrapado bajo los escombros, quien afortunadamente fue rescatado y trasladado rápidamente por una ambulancia para su valoración médica.
Lo más alarmante de este incidente no fue solo la caída de una estructura supuestamente segura, sino el hecho de que, según testigos y los mismos trabajadores que armaron la estructura, la tragedia podría haberse evitado. Los operarios afirmaron haber advertido a las autoridades municipales, responsables de la organización del evento, sobre la necesidad de reforzar la estructura con mecates, un material que aseguraría la estabilidad de la instalación. Sin embargo, se encontraron con una respuesta negativa por parte del encargado, quien insistió en que no querían utilizar mecates, pues preferían que la estructura mantuviera un aspecto “estético” y alineado con la visión visual de la fiesta.
Es completamente inaceptable que las autoridades de Colón hayan tomado una decisión tan irresponsable. La estética, un factor secundario en un evento de esta magnitud, se antepuso a la seguridad de los asistentes, incluidos turistas y ciudadanos que confiaban en la infraestructura del evento. Este tipo de negligencia no solo pone en peligro la vida de las personas, sino que también cuestiona la capacidad de los responsables para garantizar un entorno seguro en eventos públicos, especialmente cuando los turistas son un objetivo primordial.
La situación se vuelve aún más grave cuando se toma en cuenta que este accidente ocurrió durante los primeros días de la fiesta, cuando la afluencia de público no era tan alta. De haberse presentado en fechas con mayor afluencia de turistas, como los fines de semana, las consecuencias podrían haber sido devastadoras, convirtiendo este incidente en una tragedia de proporciones mucho mayores.
Resulta alarmante que, con la cantidad de recursos y personal destinado a la organización de este tipo de eventos, la seguridad no se haya convertido en una prioridad. Es difícil de creer que, en pleno 2025, las autoridades de Colón, encabezadas por el presidente municipal, no hayan implementado medidas de seguridad más estrictas. En cambio, parece que se ha dado mayor relevancia al cobro de permisos, la recolección de “piso” y la estética visual, dejando de lado el bienestar de los asistentes.
Es un mensaje claro para todos los comerciantes, turistas y vecinos que participan o visitan la Fiesta Soriano: tengan cuidado. Si una estructura clave de este evento ya ha colapsado, ¿qué garantía hay de que el resto de las instalaciones no presenten fallas similares? La falta de acción por parte de las autoridades es inexcusable y pone en peligro la integridad de todos.
Este incidente debería servir de lección y motivar una revisión exhaustiva de las medidas de seguridad en la fiesta, así como en otros eventos similares en el municipio. La ciudadanía no debería sentirse vulnerable en espacios destinados a la diversión y el esparcimiento. Señor presidente, esperemos que esta tragedia, por suerte evitada hoy, no se repita en el futuro y que, finalmente, la seguridad de los ciudadanos y turistas se convierta en una prioridad, mucho más importante que cualquier otra consideración estética.
