Cadereyta, Qro. – Desde la administración municipal de Rodrigo Mejía no se había registrado una huelga en el municipio de Cadereyta. Aunque año con año el sindicato de trabajadores presentaba emplazamientos, siempre se lograban acuerdos suficientes para mantener la estabilidad laboral. Sin embargo, la actual presidenta municipal ha anunciado que este viernes, a partir de las 10 de la mañana, será inevitable el estallamiento de la huelga, un derecho sindical que asiste a los trabajadores por ley.
La presidenta municipal ha asegurado que la deuda con el sindicato asciende a 50 millones de pesos, misma que, según ella, dejó de pagarse desde la administración de Rodrigo Mejía. Sin embargo, surgen dudas: ¿Por qué en todo este tiempo no se había declarado la huelga? ¿Cómo se lograban acuerdos sindicales si la deuda era tan alta? Alguien está mintiendo en esta ecuación, y no parece ser ni el tiempo ni los alcaldes anteriores.
El enfrentamiento entre la presidenta y el sindicato es evidente. La mandataria acusa que detrás de este movimiento están «los azules», insinuando que los trabajadores no pueden defender sus derechos por sí mismos. Además, ha tachado al sindicato de mentiroso y abusivo, argumentando que los 50 millones de pesos que reclaman podrían destinarse a obra pública, intentando así manipular la opinión pública con un discurso cargado de señalamientos.
Pero hay preguntas incómodas que la presidenta evita responder:
🔹 ¿Por qué no utiliza el dinero destinado a personal de confianza para pagar la deuda? Según el Presupuesto de Egresos, en el rubro de Servicios Personales hay una partida de $180,459,544.00, de la cual bien podría salir el pago al sindicato.
🔹 ¿Por qué no usa los recursos de Servicios Generales? En este rubro hay $73,574,668.00, destinados a gastos como combustibles, refacciones, papelería, etc.
🔹 ¿Por qué no dispone de los ingresos propios del municipio, que ascienden a $54,588,946.00? Si realmente tuviera voluntad política y un equipo con capacidad de hacer inteligencia financiera, podría resolver la situación sin recurrir al enfrentamiento.
La política de confrontación que la presidenta municipal ha seguido desde que asumió el cargo la ha llevado a esta encrucijada. Parece creer que, emulando el discurso y la estrategia de AMLO, logrará que todos se rindan a sus pies. Pero hay una gran diferencia: ella no es AMLO, no tiene su carisma, ni su conocimiento político, ni mucho menos el equipo de asesores que él tuvo.
Hoy, la presidenta de Cadereyta parece estar subida en una hoja de papel creyendo que está en los cuernos de la luna… y la realidad podría hacerla caer en cualquier momento.