Templo de Santa María
Amealco
266 AÑOS DEL REFLEJO DE UNA CONQUISTA
Santa María Amealco es el nombre del templo principal del municipio indígena más importante del estado de Querétaro y uno de los de mayor población nativa en el país.
Hablar de los hombres y mujeres que aún conservan los rasgos y tradiciones de nuestros ancestros, es no sólo un honor, sino conlleva una enorme responsabilidad si entendemos que el 95 por ciento de los indígenas que existían en nuestro país antes de la llegada de los invasores españoles, fueron exterminados, ya sea por el yugo de los opresores o por las enfermedades que ellos mismos trajeron.
La manera en que han logrado sobrevivir ante todas las adversidades de la que han sido objeto por varios siglos, es toda una travesía. Desafortunadamente la imposición de una creencia que no nos pertenecía, hoy tiene un resultado que ha dejado al pueblo de México con un importante legado arquitectónico a lo largo y ancho del país.
La construcción de los templos católicos está llena de simbolismos que buscaban cautivar a sus feligreses e imponer una creencia que predominaba en la España del siglo XVI, pero que hoy en día sigue permeando en la población de nuestro país.
Muchos de estos templos buscaban impresionar a los indígenas con efectos ostentosos que mostraban una deidad muy superior a la que aquellos adoraban.
Sus templos mostraban un enorme salón que contenía elevados techos con hermosas cúpulas en las que, en muchas de ellas, se mostraban pasajes bíblicos que pretendían explicar la función de la iglesia.
Parte de la simbología que tenía un contenido casi místico, era el juego de las ventanas y el paso de sol por las mismas, dotando de un efecto místico que pretendía superar a lo que los indígenas en su momento tenían como sus propias creencias.
Todo era parte de una representación y un proyecto que pretendía la abolición casi total de una ideología y una cosmovisión que todavía algunos indígenas se resisten a abandonar.
La impresión que se llevaron los españoles a su llegada, primero en 1492 y después tras alcanzar la imponente ciudad de Tenochtitlan, exigía que en cada rincón de la conquista se construyera un templo que mostrara el poderío de su doctrina, y un claro ejemplo de ello es esta construcción de mediados del siglo XIX, en el que aún se siguió la tradición arquitectónica del siglo XVI.
De acuerdo a un escrito publicado por el Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga, se menciona que “En 1865 el padre Cerón inició la construcción del actual Templo parroquial. Su construcción se llevó ocho años, se dice que las piedras fueron trasportadas por carretas tiradas por bueyes a través de varios kilómetros, hasta que en el año de 1898 el padre Francisco Velásquez la terminó. Dadas las distancias y creciente población, se hizo una nueva Parroquia en la comunidad de La Torre (29 de Noviembre de 1963) para que habiendo más Sacerdotes haya una mejor atención al pueblo de Dios”.
De acuerdo a los datos proporcionados por Gavidia Arteaga, se asegura que “en el Archivo General de la Nación aparece Amealco en 1538, año que se ha aceptado como el de su fundación”.
A mi en lo particular no me gusta hablar de las supuestas fundaciones que se realizaron por los invasores españoles, ya que los pueblos indígenas son muchísimo más antiguos que esas fechas marcadas como inicio del yugo y extermino invasor.
Pero en este caso lo que nos ocupa es lo que implicó la construcción de este imponente templo en esta tan importante zona indígena.
Desde los primeros años de la llegada de los religiosos a la zona, fue por visitas de sacerdotes venidos de la Arquidiócesis de México a “evangelizar” a los indígenas, mientras los conquistadores explotaban las riquezas del lugar como “consta que hacia 1700 un grupo numeroso de españoles se trasladaron de México y Querétaro a Santa María Amealco a fin de explotar los bosques de esta región”.
“Los españoles levantaron aserraderos, hornos de carbón y colonias habitacionales. Dieron “ocupación” a los indígenas autóctonos y explotaron al máximo la riqueza forestal. La madera y el carbón eran enviados especialmente a México; pero hubo envíos a España y Francia al otro lado del Atlántico”.
“Hay en la Presidencia Municipal un legajo de agradecimiento de la República Francesa por la buena calidad de madera enviada desde Amealco”.
Todavía en este templo se puede admirar la madera que es parte del piso, además de los múltiples elementos que se encuentran en toda la construcción.
La edificación hecha a base de roca volcánica, se muestra en su exterior que se dejó explícitamente expuesta seguramente para recordar que los adoratorios indígenas no eran nada frente a estas imponentes edificaciones.
El mármol y la cantera también son elementos que le imprimen una especial belleza a esta obra.
Si tienes la oportunidad de visitar este pueblo mágico, sin duda es una visita obligada el templo de Santa María Amealco.